Cerveza tipo ale de las llamadas
bière de garde ―en la contraetiqueta se explica que Goudale podría
venir de good ale― con una capa media de espuma, blanca y
esponjosa, que se disipa lentamente hasta quedar una capa muy fina.
Cuerpo medio, ligeramente oleoso, de color dorado ambarino,
translucida ―no turbia― con abundante burbuja de tamaño medio.
No destaca por su aroma, poco intenso, que recuerda a un vino blanco
afrutado al que habría que añadir un poco de corteza de limón y un
poco de levadura. El sabor es dulce, pero aún así equilibrado, con
unas dosis justas de malta y un lúpulo muy afrutado, de cítricos y
especias. El final es largo y se va diluyendo poco a poco en la boca,
destacando en él un amargor cítrico muy interesante. Bastante
alcohol, 7,2% y, a pesar de ello, bastante refrescante.
Servir fría, para acentuar su
calidad de refrescante, en copa de cáliz, o incluso copa de balón,
para disfrutar de un trago largo que permita paladear todos sus
matices.
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