Se autodefine como la cerveza
castellana y todos sus ingredientes, según consta en la etiqueta,
son producidos en Castilla la Mancha. Es del tipo ale rubia, con
poca espuma, de color blanco mate, ligeramente cremosa y que disipa
hasta quedar solamente trazas. Cuerpo ligero, algo acuoso, de color
ámbar claro, casi dorado, algo turbia, y poca burbuja. La primera
impresión del aroma, es un imponente aroma frutal y floral que se
disipa pronto. El sabor, pide tragos largos para paladear bien, se
asemeja al aroma, mucha fruta, en la que destacan notas de
albaricoque, cítricos suaves y algo de malta bien balanceados con un
lúpulo suave y frutal. El final, afrutado, es muy largo, dejando
algún recuerdo frutal y un lúpulo floral muy insistente. 5,4% de
alcohol.
Servir fría, porque todo el tono
frutal la hace muy refrescante, en una copa ancha que nos permita
disfrutar de la primera impresión de su espectacular aroma.
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