Como ya lo dice el nombre (aunque no siempre hay correlación), es una cerveza tipo abadía con muy poca espuma, casi nula, beis y que se disipa al instante. Cuerpo ligero, casi acuoso, de color ámbar oscuro, translúcida y con muy poca burbuja de tamaño medio. El aroma, lo mejor, es fuerte y muy afrutado, con notas de malta, caramelo y fruta. El sabor es muy dulce, destacando la malta y bastante de caramelo; tiene un ligero amargor de fondo que recuerda vagamente al regaliz. El final es excesivamente dulce, volviendo a aparecer las maltas y el caramelo, dejando un ligero regusto amargo y metálico. Bastante alcohol aunque no se note mucho su presencia en el sabor: 6,4%.Siendo tan ligera lo mejor es servirla fría, y , como todas las abadía, en copa de cáliz.
Lo único "de Abadía" que tiene esta cerveza es la palabra de la etiqueta... Hasta apostaría a que ni siquiera se trata de una cerveza de fermentación alta (como son las verdaderas cervezas "de Abadía", que dicho sea de paso, tampoco es un estilo, sino una denominación de origen), sino de una lager un poco más fuerte y dulce que el resto.
ResponderEliminarBueno, para ser una lager quizás tenga excesivo alcohol por mucho azúcar que le hayan puesto para aumentárselo. En cualquier caso un proceso muy natural no es, fíjate que no dejo de mencionar un regusto metálico, y, bueno, leyendo entre líneas eso tiene un nombre: "química" ;)
ResponderEliminarGracias por tu comentario, realmente muy útil.
Hace un tiempo reseñé varias de las cervezas de Super Bock y en todas encontré ese toque metálico.
ResponderEliminarPor otro lado, el azúcar también figura en la receta de todas las cervezas "de Abadía" que me acuerdo, o al menos, en las más fuertes, y se usa también para poder aumentar el alcohol.