Es, sin duda, la más internacional de las cervezas eslovenas, y, típico de Europa central, es una pilsener muy refrescante con bastante espuma, de burbuja grande, esponjosa y blanca, que se disipa muy rápidamente. Cuerpo ligero, de un color dorado perfecto, totalmente transparente y con carbonatación media-alta. El aroma, no muy intenso, es dulce, destacando la malta, cereales y notas herbáceas. El sabor es casi lo mismo, añadiéndole alguna nota de limón que la hace aún más refrescante y un buen lúpulo de entrada, con un amargor intenso que se pierde pronto en la boca. El final es muy corto y anodino, quedando algo de los cereales y un regusto algo amargo, poco, un tanto extraño. 4,9% de alcohol.
Se sirve en vaso de tubo o cualquier vaso alto y estrecho que realce sus características refrescantes.
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